En primera persona | Ezequiel Ode: “El pueblo israelí es una familia”


Ezequiel Ode es uno de los jóvenes que participó de Shnat, un programa educativo y vivencial que consiste en pasar 9 meses en Israel, conociendo su cultura, su historia, su sociedad y su realidad actual. Ezequiel regresó recientemente a Argentina, luego de vivir una experiencia única e imprevista desencadenada el 7 de octubre. 

 

La trama cotidiana 

"Lo que más me gustó de mi experiencia en Israel fue poder ver cómo es la sociedad israelí en todas sus formas y situaciones, viviendo en diferentes ciudades, hablando con diferentes personas, o simplemente viendo el día a día", cuenta Ezequiel.

 

Comparte también lo que considera que aprendió durante su estadía en Israel. "El pueblo israelí es una familia, que más allá de todos los inconvenientes que tenían previos a la guerra, principalmente políticos, los supieron dejar de lado para así unirse y aportar su granito de arena, ya sea siendo parte del ejército, dando comida a soldados, haciendo voluntariados o encontrando la forma que cada uno creyó más adecuada para ayudar", afirma.

 

La guerra como un antes y un después 

Ezequiel se refiere a la guerra que estalló el 7 de octubre de 2023, a partir del ataque terrorista de Hamás. Ese día, él se encontraba en Tel Aviv, y tuvo que trasladarse a Jerusalén, donde se reunió con el resto del grupo. A partir de ese momento, su rutina cambió por completo, y tuvieron que adaptarse a una situación de emergencia y de incertidumbre.

 

"A su vez, logré comprender cosas mucho más profundas sobre lo que es Israel y su gente, ya que en una guerra uno ve y entiende cosas mucho más a fondo", explica y destaca que vivir en primera persona un conflicto bélico le permitió apreciar mejor los valores, las creencias y las aspiraciones del pueblo israelí, así como también los desafíos y las amenazas que enfrenta.

 

Ezequiel no oculta que su experiencia también tuvo momentos difíciles y dolorosos: "Uno de los desafíos por los cuales pasamos todos los que nos quedamos en Israel fue el hecho de que estábamos muy convencidos de que 'había que quedarse'", y agrega: "Yo estaba muy convencido. Veía que en los primeros días la gente se iba a sus países o se iba a Europa a lugares más seguros. Se notaba un ambiente muy tenso, muchas veces muy triste. Intentaba convencerme, decir 'yo tengo que estar acá, yo quiero estar acá y todo esto va a estar bien'".

 

Acerca de cómo se modificó la rutina prevista para este tiempo de vivencia en Israel, el joven destaca: "El plan se vio afectado en las planificaciones que teníamos, tanto personales como del plan en sí. Por ejemplo, teníamos programado al día siguiente al 7/10 empezar con una rutina en la que dos veces por semana saldríamos fuera del lugar donde estábamos, con clases especiales. Se hizo algo especial pero no se hizo cómo se esperaba", Por otra parte y siempre desde una mirada que pone en valor la experiencia vivida con una madurez sorprendente, resalta: “A pesar de todo, el plan pudo seguir adelante, y se notó el esfuerzo que hizo la gente para que nos resulte lo más habitual posible”. 

 

Un tiempo de reflexión

 

"Todo esto se acabó y ahora tenemos que pensar, entonces, ¿qué va a pasar? ¿Qué va a pasar con nosotros? ¿Qué va a pasar con este país? ¿Qué va a pasar con nuestra comunidad? ¿Qué va a pasar con los demás? ¿Qué va a pasar con la gente que nos queda?". Con estas preguntas sin respuestas, Ezequiel se muestra optimista y esperanzado por el futuro de Israel, agradecido de poder narrar esta experiencia de vida en primera persona. 

 

Kehila
En primera persona | Ezequiel Ode: “El pueblo israelí es una familia”

Ezequiel Ode es uno de los jóvenes que participó de Shnat, un programa educativo y vivencial que consiste en pasar 9 meses en Israel, conociendo su cultura, su historia, su sociedad y su realidad actual. Ezequiel regresó recientemente a Argentina, luego de vivir una experiencia única e imprevista desencadenada el 7 de octubre. 

 

La trama cotidiana 

"Lo que más me gustó de mi experiencia en Israel fue poder ver cómo es la sociedad israelí en todas sus formas y situaciones, viviendo en diferentes ciudades, hablando con diferentes personas, o simplemente viendo el día a día", cuenta Ezequiel.

 

Comparte también lo que considera que aprendió durante su estadía en Israel. "El pueblo israelí es una familia, que más allá de todos los inconvenientes que tenían previos a la guerra, principalmente políticos, los supieron dejar de lado para así unirse y aportar su granito de arena, ya sea siendo parte del ejército, dando comida a soldados, haciendo voluntariados o encontrando la forma que cada uno creyó más adecuada para ayudar", afirma.

 

La guerra como un antes y un después 

Ezequiel se refiere a la guerra que estalló el 7 de octubre de 2023, a partir del ataque terrorista de Hamás. Ese día, él se encontraba en Tel Aviv, y tuvo que trasladarse a Jerusalén, donde se reunió con el resto del grupo. A partir de ese momento, su rutina cambió por completo, y tuvieron que adaptarse a una situación de emergencia y de incertidumbre.

 

"A su vez, logré comprender cosas mucho más profundas sobre lo que es Israel y su gente, ya que en una guerra uno ve y entiende cosas mucho más a fondo", explica y destaca que vivir en primera persona un conflicto bélico le permitió apreciar mejor los valores, las creencias y las aspiraciones del pueblo israelí, así como también los desafíos y las amenazas que enfrenta.

 

Ezequiel no oculta que su experiencia también tuvo momentos difíciles y dolorosos: "Uno de los desafíos por los cuales pasamos todos los que nos quedamos en Israel fue el hecho de que estábamos muy convencidos de que 'había que quedarse'", y agrega: "Yo estaba muy convencido. Veía que en los primeros días la gente se iba a sus países o se iba a Europa a lugares más seguros. Se notaba un ambiente muy tenso, muchas veces muy triste. Intentaba convencerme, decir 'yo tengo que estar acá, yo quiero estar acá y todo esto va a estar bien'".

 

Acerca de cómo se modificó la rutina prevista para este tiempo de vivencia en Israel, el joven destaca: "El plan se vio afectado en las planificaciones que teníamos, tanto personales como del plan en sí. Por ejemplo, teníamos programado al día siguiente al 7/10 empezar con una rutina en la que dos veces por semana saldríamos fuera del lugar donde estábamos, con clases especiales. Se hizo algo especial pero no se hizo cómo se esperaba", Por otra parte y siempre desde una mirada que pone en valor la experiencia vivida con una madurez sorprendente, resalta: “A pesar de todo, el plan pudo seguir adelante, y se notó el esfuerzo que hizo la gente para que nos resulte lo más habitual posible”. 

 

Un tiempo de reflexión

 

"Todo esto se acabó y ahora tenemos que pensar, entonces, ¿qué va a pasar? ¿Qué va a pasar con nosotros? ¿Qué va a pasar con este país? ¿Qué va a pasar con nuestra comunidad? ¿Qué va a pasar con los demás? ¿Qué va a pasar con la gente que nos queda?". Con estas preguntas sin respuestas, Ezequiel se muestra optimista y esperanzado por el futuro de Israel, agradecido de poder narrar esta experiencia de vida en primera persona. 

 

En primera persona | Ezequiel Ode: “El pueblo israelí es una familia”
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