La historia en historias | El Cementerio Viejo, guardián de la memoria de Beppo Levi
La Asociación Israelita de Beneficencia - Kehilá Rosario cumple 120 años, y repasa algunos de los hitos más importantes que marcaron su historia.
El Cementerio Viejo alberga la tumba de uno de los matemáticos más destacados del mundo: Beppo Levi Z"L.
Levi nació en Turín el 14 de mayo de 1875. Se doctoró en matemáticas a los 21 años. En las primeras décadas del siglo XX incursionó en casi todos los desarrollos matemáticos importantes de su tiempo.
Llegó a Rosario en noviembre de 1939 con 64 años. Un año antes, siendo profesor de la Universidad de Bologna, quedó cesante por aplicación de las leyes raciales del régimen de Mussolini que impedía dar clases a las personas de origen judío.
En 1938 el Decano de la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales Aplicadas a la Industria, de la Universidad Nacional del Litoral -actual Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Rosario-, Cortés Plá, convocó a Levi a radicarse en Argentina con la finalidad de formar a nuevas generaciones de investigadores. Sabía que Levi sufría la persecución y le ofreció venir a Argentina para dirigir el naciente Instituto de Matemática.
Beppo se sorprendió por la cordialidad y el entorno de trabajo que habían armado para él. En Rosario continuó con sus investigaciones, publicó libros, trabajos científicos y también dio clases en la facultad y en el profesorado que por entonces dependía de la Escuela Normal Nº 1 -actual instituto Olga Cossettini-.
Desde el principio planteó que su tarea en el país sería la de difundir el pensamiento matemático. Fue así como creó las publicaciones del Instituto y la revista científica Mathematicae Notae. "Colocó a Rosario en el mapa internacional de la ciencia. Es el padre de la Matemática en Rosario”, afirman los investigadores.
Levi opinó sobre la forma de tomar exámenes. Le interesaba descubrir qué sabía el alumno y no qué desconocía. “Durante los exámenes tendrían que ser los alumnos los que hicieran las preguntas. Si entendieron harán preguntas interesantes y sino no tendrán qué preguntar”, decía.
Murió a los 86 años, el 28 de agosto de 1961. Presentó la renuncia veinte días antes de su muerte cuando sintió que las fuerzas lo abandonaban.
“Era un gran trabajador y un humanista muy comprometido con la sociedad”, explicó Silvina Pessino, autora del libro Nuestro Beppo, publicado en 2018 junto a Pedro Marangunic.
Sus restos descansan en el Cementerio Viejo. En un homenaje sentido, la Universidad Nacional de Rosario nombró a la Cátedra Abierta sobre Holocausto y otras formas de Discriminación con su nombre.
Kehilá Rosario recoge huellas imborrables en su historia, y continúa trabajando para servir a la comunidad y promover los valores que la inspiran desde hace 120 años.
Fuentes:
> Archivo de AIB - Kehilá Rosario
> Diario El Ciudadano y La Región